Espacio de Crítica Teatral - LUCIDO -

LUCIDO
- Bahía Blanca -
Lunes 9 de Mayo - Teatro Variette

Sinopsis:

Lúcido es una obra compleja, de humor ácido y feroz, que cambia el eje de la mirada en forma permanente. En su trama se entretejen los deseos no cumplidos y el anhelo de las personas de ser artífices de su propia existencia.

Ficha Técnica:

Teté: Alejandra Gimenez
Lucas: Fransisco Mayor
Lucrecia: Sapienza Natalia
Darío: Sebastian Rango
Iluminación: Hernan LucichEscenografía: Yanina Borrego
Operador de Sonido: Tomas Scabuzzo
Asistente: Millone Adriana
Autor: Rafael Spregelburd
Dirección: Lorena Forte

Mariel Estrada

Esta obra del dramaturgo RAFAEL SPREGELBURD - digno discípulo de MAURICIO KARTUN ,comienza por desconcertar al espectador, pasando de la festiva escena de una cena familiar a un diálogo tenso y sombrío entre los personajes. Precedida de comentarios elogiosos por quienes habían tenido oportunidad de verla con antelación, va pasando de situaciones livianas propias, de un festejo íntimo, a la descripción de oscuros lazos entre los componentes de una familia que no cesa de acumular reproches. Excelentes y parejas las actuaciones de los cuatro integrantes del elenco, sostenidos por la dirección de LORENA FORTE. La obra conlleva el mejor remate: un final sorpresivo y dramático que despeja dudas y conmueve al espectador.


Silvana Angelicchio

En el pequeño escenario del Teatro Variette y con muy pocos elementos, cuatro actores despliegan a ritmo casi staccatto los disparates de una de esas familias, que por convención se suele calificar como disfuncional.

Una madre manipuladora, un hijo que se rebela a medias, una hija lejana que llega inesperadamente y un novio algo remiso, recrean situaciones e intercambian frases hilarantes, que a un tiempo crean malentendidos y van revelando un drama pasado que aún los angustia y condiciona.

En apariencia, Lúcido sería otra comedia dramática y costumbrista, que hace humor e ironiza con las relaciones familiares, los deseos incumplidos, la gastronomía pretenciosa, los transplantes y la terapia gestáltica entre otros muchos temas.

Pero su autor, Rafael Spregelburd, no suele atenerse ni a la relación entre causa y efecto ni a los significados. Así que cerca del final las voces y reclamos se acallan, cesan las idas y venidas-en tiempo y espacio- y lo que era caos se ordena. Orden que produce un vacío donde el espectador podrá encontrar: la incomodidad de un desenlace casi inconexo por inesperado o un fugaz atisbo del sentido.

Una propuesta atractiva, con acertadas interpretaciones de Alejandra Jiménez, Francisco Mayor, Sebastian Rango y Natalia Sapienza, que hubiera merecido un escenario un poco más amplio para su lucimiento.

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